Para los niños, el simple hecho de pensar en profesionales de la salud y el ambiente hospitalario, suele generar pánico. Y más doloroso es para los padres ver a los pequeños de la casa pasar por una situación que se sale de sus manos, como por ejemplo, una enfermedad.
Por ende, hay casos donde los pediatras y otros médicos especializados en la salud infantil, buscan técnicas para que los infantes se entretengan y así puedan enfrentar los procesos de manera más fácil para ellos.
Y es que los niños tienen la capacidad de transportarse a través de su imaginación a otras dimensiones llenas de color y alegría.
En el Hospital Pediátrico Hugo Mendoza, por ejemplo, existe un mundo que desde su creación no ha traído más que sonrisas y recuerdos tanto a los pequeños como a sus progenitores y cada miembro del personal.
Lleva como nombre “Hugolandia”, una mezcla entre el nombre del hospital y la palabra ‘landia’, término que normalmente se vincula con un país o un territorio.
La iniciativa fue idea de quien fue el director de Recursos Humanos del centro de salud. Su objetivo fue que, al momento de los pequeños ingresar al hospital, sintieran la sensación de estar en un parque de diversiones.
“Este trabajo es difícil, es frustrante, porque a veces no puedes obtener los resultados que quieres. No todos los niños se curan, a veces tienes que acompañar a los niños a morir, tienes que acompañar a los padres a la muerte. Y Hugolandia lo hace menos difícil”, expresó Dhamelisse Then, directora general del hospital pediátrico.
Desde que se hace entrada al centro hospitalario, se percibe un ambiente alegre, donde incluso las paredes, puertas y una que otra columna están decoradas, detalles llenos de historia capaces de sacar sonrisas al primer instante.
Componentes
Según detalló Then, está demostrado que la parte de juegos sirve de terapia a los niños en los hospitales, por lo que se tuvo la idea de incorporarla.
Musicoterapia, teatro, cuenta cuentos, personajes, pinta caritas y otras expresiones artísticas son los elementos que componen a Hugolandia.
“Hay estudios que demuestran que la frecuencia cardíaca de los niños baja mientras escuchan música. Eso reduce el consumo de oxígeno y el niño se mejora más rápido”, dijo la directora haciendo referencia a la musicoterapia.
Asimismo, contó que esta es representada en el lugar por un personaje llamado “Abuelo Hugo”, quien toca canciones de cuna en las horas de visitas de la Unidad de Terapia Intensiva Neonatal.
En el programa de actividades también se incluye el denominado Teatrino, que es un armazón de madera hecho en el mismo hospital, con títeres que son interpretados por algunos muchachos que trabajan allí y hacen actos en las consultas.
También está Hugópolis, un juego similar al Monopolio, donde se encuentran los derechos y deberes de los niños. Then contó que está ubicado en un área llamada Hugoteca, una biblioteca hospitalaria donde hay juegos educativos y libros para que los niños que estén interesados puedan ir a leer.
Además, tienen dentro de sus ideas convertirla en un aula hospitalaria formal para que los niños que duren mucho tiempo internos puedan recibir clases y no perder tiempo mientras se encuentren allí.
El alma de Hugolandia
Hugolandia es un proyecto en el que cada uno de sus trabajadores ha puesto su esfuerzo para que este día a día se haga realidad, uno de ellos es Juan Carlos Tavárez.
Él ha diseñado una serie de personajes que se encargan de dar vida a todos los rincones del centro hospitalario.
Uno de los primeros en ser creado fue el Doctor H, un personaje que busca transmitir fortaleza a los niños que estén en un momento de vulnerabilidad por su enfermedad. La intención del diseño era que el personaje sea similar a Mister Músculo.
Then narró que cada área del centro hospitalario cuenta con un personaje, tal es el caso de Cardiología, donde hizo un corazón para que enseñe a los niños cómo cuidarlo; así como un riñón en Nefrología; una gota de sangre en Oncología con el lazo del cáncer infantil; un microbio que les dice a los niños cómo evitar ser infectados y otros más.
Y por si fuera poco, cada uno tiene su nombre: Cromi, Frasquito, Candace y Wakala son algunos de ellos. Asimismo, hizo los títeres del Teatrino y les puso nombres, y creó muñequitas responsables de recibir a los visitantes cuando llegan al hospital. “Es un artista impresionante, muy creativo. Es Hugolandia hecho persona”, expresó Then.