El bloqueo de los accesos fronterizos de la República Dominicana con Haití, por el desvío de las aguas del río Masacre, representa grandes pérdidas económicas para quienes son parte del comercio binacional.
Sin embargo, esta precariedad no se concentra únicamente en el sur y oeste del territorio dominicano, ya que también negocios del Distrito Nacional son afectados.
Entre calles sucias por alimentos descompuestos y el exceso de basura, algunos comerciantes del Pequeño Haití, ubicados en la calle Benito Monción, rechazaron ayer las medidas dispuestas por el presidente Luis Abinader, pues estiman que amenazan el sustento económico de sus familias.
Los extranjeros que ofrecieron declaraciones decidieron proteger sus identidades por temor a represalias o ser repatriados por la Dirección General de Migración (DGM).
“Esto es un abuso, el gobierno va a hacer que haya mucha hambre aquí y en Haití”, manifestó Gina, residente en tierra dominicana luego de emigrar de Haití hace 20 años.
Algunos comerciantes minoristas del Pequeño Haití indicaron que han dejado de recibir en la semana alrededor de seis camiones de carga, provenientes de Haití, a los cuales venden sus mercancías.
“Más de seis camiones grandes no pueden venir por el cierre de la frontera”, acotó Domínguez, quien es haitiano y tiene 36 años laborando en los establecimientos.
Agregó que los empresarios haitianos compran en el Pequeño Haití artefactos de construcción y alimentos para abastecer a su país debido a la falta de producción.
“Ellos vienen aquí a comprar desde cajas de huevos, hasta fundas de cemento en cantidad”, señaló Domínguez.