El papa es la máxima autoridad de la Iglesia Católica, el vicario de Cristo, tiene la categoría de jefe de Estado de la Santa Sede y el tratamiento protocolar de Su Santidad.
La razón de llamarlo “papa” es debido al acrónimo en latín “Petri Apostoli Potestatem Accipiens”: “recibiendo la potestad del apóstol Pedro”, quien fue el primer papa católico en el año 30 d.C.
Un solo papa ha visitado Republica Dominicana: Juan Pablo II, quien realizó tres visitas a nuestro país, las cuales se produjeron: la primera por 24 horas, el 25 de enero de 1979, en el gobierno de Antonio Guzmán; la segunda por menos de 48 horas, el 11 de octubre de 1984, en la administración de Salvador Jorge Blanco; y la última por casi una semana, desde el 9 al 15 de octubre de 1992, en la gestión de Joaquín Balaguer.
En las dos primeras al bajar del avión besaba el suelo dominicano, lo que no pudo hacer en su tercer viaje, debido a que tres meses antes se le había practicado una cirugía intestinal.
En esta ocasión el motivo principal de la visita a la República Dominicana eran los festejos de V Centenario del Descubrimiento de América y la Evangelización del Nuevo Mundo, presidiendo una misa concelebrada en la explanada del Faro a Colón el 12 de octubre de 1992 y la inauguración ese mismo día de la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM).
A su llegada se produjo un impasse protocolar, ya que el entonces gobernador del Aeropuerto Internacional de las Américas se colocó detrás entre el medio del papa y Balaguer para salir en las cámaras, lo que molestó mucho al protocolo papal, quienes exigieron que no estuviese al momento de la despedida.
Esa tarde del 9 de octubre, luego de los discursos correspondientes, inició un fuerte aguacero, por lo cual el papa fue trasladado desde el aeropuerto hasta la Nunciatura Apostólica en un carro 01 previsto para cualquier eventualidad, no en el papa móvil. En ese vehículo fue acompañado por el nuncio apostólico, monseñor Fortunato Baldelli, y el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.
El 10 de octubre, el papa y Balaguer tuvieron un encuentro en el Palacio Nacional. Al llegar el papa tuvo algunas dificultades para subir las escalinatas debido a la reciente operación, pero no quiso utilizar el ascensor.
En esa reunión privada, Balaguer le regaló un rosario en ámbar, similar al obsequiado a los Reyes de España en su visita oficial a República Dominicana en 1976.
Luego se pasó a una ceremonia en la que el pontífice recibió los saludos de funcionarios del Gobierno y dignatarios de la Iglesia Católica.
Un detalle significativo fue que quienes estábamos colaborando con la visita del papa fuimos llamados para darle nuestros saludos. Apenas un mes después recibimos la grata sorpresa de que desde El Vaticano nos enviaron las fotografías tomadas por su fotógrafo oficial y la bendición papal.