Escuchar a Juan Marichal hablar de su experiencia en el béisbol es siempre de enorme satisfacción. Sus vivencias poseen extraordinario valor.
Recientemente Vian Araujo y Ricardo Rodríguez en su laureada producción Abriendo El Podcast lo entrevistaron surgiendo en el curso de esta un detalle de gran significación sobre lo que se conoce como “El pescozón de Petán”.
Sucedió, que en la serie final de 1959 disputada entre Licey y Escogido, en el juego efectuado el 13 de febrero ocurrió un incidente en que se involucró Petán Trujillo, hermano del reinante dictador Rafael, de una manera violenta y ridícula cónsona con su naturaleza. Después de una usual trifulca entre el campo corto escarlata André Rodgers y el lanzador azul Billy Smith al este golpear con un lanzamiento a aquel, apaciguados los ánimos, el señalado personaje que presenciaba el partido, bajó al terreno con la intención de “poner el orden”, acompañado de sus acólitos armados hasta los dientes. Llegó al extremo de propinarle una bofetada a Rodgers acusándolo de ser el propiciador de lo que consideraba un desorden, probablemente creyendo que por el color oscuro de su piel era dominicano. La reacción de Rodgers intentando responder la afrenta fue evitada, según lo señalado por Marichal, por Pepe Lucas, coach de primera de los Leones, quien conocedor de las horribles consecuencias que podría acarrear la respuesta de Rodgers, lo abrazó por la espalda gritándole “¡no André, no!” evitando así una tragedia colosal.
Ubicándose en la época del suceso se destaca la fecha. Semanas antes había arribado al país Fulgencio Batista presidente de Cuba, derrocado por Fidel Castro y en junio de ese año aconteció la incursión del grupo de combatientes que intentó deponer el despótico gobierno.
El incidente tuvo repercusión internacional, los jugadores refuerzos de ambos equipos decidieron abandonar el país solicitando protección al gobierno norteamericano, debiendo emplearse a fondo la diplomacia trujillista para evitarlo y que el torneo finalizara sin más contratiempos.
Lo ocurrido fue un presagio de lo que venía y una evidencia del deterioro de la tiranía. En noviembre de 1961 finalizó la Era de Trujillo. Juan Marichal, con su lúcida memoria aporta un detalle importante del histórico suceso, Pepe Lucas evitó una hecatombe.