La conciencia fonológica es un término ampliamente utilizado en la psicolingüística y la educación, pero muchas veces no se entiende completamente fuera de estos campos. Algunos incluso la confunden con un “método” para enseñar a leer, lo cual no es. La conciencia fonológica es, en realidad, una habilidad cognitiva que permite a las personas comprender la estructura de los sonidos del lenguaje oral: cómo suenan lo que escuchamos y lo que decimos. En otras palabras, es la representación mental de los sonidos.
Este concepto puede ser difícil de entender, ya que generalmente pensamos en imágenes cuando hablamos de representaciones mentales, pero no siempre es tan evidente cuando se trata de sonidos. Sin embargo, desde el nacimiento, el cerebro tiene la capacidad de discriminar una amplia variedad de sonidos, incluyendo diferencias en tonalidad, vocales y consonantes. A medida que los bebés se exponen a su lengua materna, su capacidad de distinguir los sonidos específicos de su idioma se va afinando, es decir, se va consolidando su representación mental del sonido. Por ejemplo, en español, podemos distinguir claramente entre el sonido de la “r” y la “l”. Aunque las letras “r” y “l” son visualmente diferentes, lo crucial aquí es cómo suenan. En algunos idiomas, como el japonés, estos dos sonidos no se diferencian, por tanto, esta diferenciación no se consolida en el cerebro de los niños que hablan japonés. De esta manera, el cerebro se adapta al idioma (o idiomas) que escucha.
La conciencia fonológica es precisamente la capacidad de manipular mentalmente estos sonidos. Esto incluye habilidades como juntar sonidos, identificar un sonido dentro de una palabra o separar los sonidos. Es importante aclarar que la conciencia fonológica es completamente auditiva. En esta etapa, lo fundamental es el sonido, no el símbolo visual (las letras).
¿Por qué es tan relevante la conciencia fonológica cuando se trata de aprender a leer? Los grafemas (las letras o combinaciones de letras que representan sonidos específicos) sirven para convertir los sonidos del idioma en símbolos visuales. Cuanto más organizada y categorizada esté la información sonora antes y durante el aprendizaje de la lectura, más fácil será transferir esa organización al conjunto de letras. Durante el aprendizaje del código alfabético, cuando los niños comienzan a entender cómo funcionan las letras y cómo se combinan, un niño con una conciencia fonológica bien desarrollada solo necesitará asociar un símbolo visual a un sonido ya categorizado en su mente. Si esta organización sonora no está desarrollada, el niño tendrá más dificultades para hacer el enlace entre letra y sonido.
Es fundamental recordar que el desarrollo de la comprensión lectora no depende exclusivamente de la conciencia fonológica. Aunque esta habilidad es esencial, no es el único factor que influye en el aprendizaje de la lectura. Si bien la conciencia fonológica es importante, un nivel adecuado de organización sonora es suficiente para facilitar el aprendizaje del código alfabético, sin necesidad de insistir en una perfección en esta habilidad. Para lograr el aprendizaje, es necesario trabajar una variedad de habilidades que contribuyan al desarrollo integral del niño.
La autora es psicóloga, directora del Laboratorio de Neurocognición y Psicofisiología de Unibe (Neurolab), miembro de número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana y miembro titular de la Carrera Nacional de Investigadores en Ciencia, Tecnología e Innovación.