La Semana Santa nos invita a detenernos y contemplar el profundo significado del amor y la entrega. Más allá de las tradiciones y conmemoraciones, es un tiempo para reflexionar sobre cómo vivimos y hacia dónde dirigimos nuestros pasos.
En la cruz, Jesús nos mostró que el amor verdadero implica sacrificio y perdón. Su resurrección nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay esperanza y una nueva oportunidad para renacer.
Este es un momento propicio para mirar dentro de nosotros mismos, sanar heridas, perdonar y fortalecer nuestros lazos con los demás. Es una oportunidad para renovar nuestra fe y compromiso con una vida más plena y significativa.
Que esta Semana Santa nos inspire a vivir con amor, compasión y esperanza, recordando que cada día es una nueva oportunidad para ser mejores y acercarnos más a lo que verdaderamente importa.
Por: Yameirys Acevedo