Por sobre el dolor, la espera, el deseo de que regrese, por sobre los días de silencio, las señales confusas, los sueños rotos. Estás tú.
Tu corazón, que aún late con fe.
Tu alma, que está despertando.
Tu niña interior, que pide cuidado.
Tu presente, que merece luz.
Y tu futuro, que se está escribiendo distinto… porque tú estás eligiéndote.
Por, sobre todo, que nunca se te olvide: tú eres tu hogar.
Lo demás ,si es para ti, llega, sana, se queda.
Pero tú… tú te tienes para siempre.