Jorge Mario Bergoglio falleció este lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 a.m. en la Casa Santa Marta, a los 88 años, según confirmó el cardenal Kevin Farrell. Su muerte, tras una breve recuperación de doble neumonía y una última aparición pública el Domingo de Resurrección, cierra un pontificado iniciado en marzo de 2013 que marcó un giro de humildad y cercanía en la Iglesia Católica .
Nacido el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, de familia italo-argentina, Bergoglio ingresó a la Compañía de Jesús en 1958 y fue ordenado sacerdote en 1969. Durante sus primeros años como jesuita destacó por su ministerio en parroquias de barrios populares, su vocación educativa y su defensa de los más vulnerables.
En 1992 fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires, en 1998 arzobispo y, en 2001, cardenal. Tras la renuncia de Benedicto XVI, Bergoglio fue elegido Papa el 13 de marzo de 2013, convirtiéndose en el primer pontífice jesuita, no europeo y latinoamericano. Adoptó el nombre de Francisco en honor a Francisco de Asís, reflejo de su compromiso con la pobreza y la paz.
El Papa Francisco impulsó reformas para transparentar las finanzas vaticanas y promover la rendición de cuentas, promovió la participación de la mujer en puestos de responsabilidad y abogó por un enfoque pastoral inclusivo, extendiendo gestos de misericordia a divorciados, personas LGBT y migrantes. En 2015 publicó la encíclica Laudato si’, con un llamado urgente al cuidado del medio ambiente, y fortaleció el diálogo interreligioso. Realizó más de 65 viajes internacionales, acercando la mirada papal a todos los continentes sin volver a su tierra natal.
La noticia de su muerte desató una ola de condolencias de líderes mundiales, desde el presidente filipino Ferdinand Marcos Jr. hasta el primer ministro británico Keir Starmer, quienes elogiaron su defensa de los pobres, su coraje ético y su capacidad para tender puentes entre culturas y confesiones. El Vaticano suspendió ceremonias previstas, incluida la canonización de Carlo Acutis, y anunció la celebración de un funeral solemne seguido del cónclave para elegir a su sucesor, en un proceso en el que Francisco había influido al nombrar a la mayoría de los cardenales electores.
En este momento de luto, el legado de humildad, reforma y compasión de Jorge Mario Bergoglio perdura como faro para la Iglesia y el mundo, recordándonos la fuerza transformadora de un pontificado dedicado al servicio de la humanidad.
Por: Yameirys Acevedo.