Por: Wanda Espinal
El otro día, mientras veía uno de los noticieros más populares de la República Dominicana, como era de esperarse, se hablaba de las fallidas elecciones de Venezuela. Lo mismo en todas las redes sociales, gente opinando de la situación sociopolítica, del presente y del futuro. Ante tanta opinión y debate me pregunté ¿Quién habla por el venezolano como ser humano? Esta pregunta resonó en mi mente al recordar una película que vi con una persona muy especial en mi vida.
Esta película retrata sin censura las protestas antigubernamentales del 2017, que tuvieron una duración de 134 días con 163 decesos, 2977 heridos y 1351 detenidos, según estadísticas.
La película me conmovió profundamente, lo que se vivía en los Centros de Detención reveló un dolor que sólo pude expresar con lágrimas. Comprendí los rostros de decepción, angustia y frustración que vi en los videos que publicaban en redes sociales después de los resultados de las pasadas elecciones del 28 de julio del 2024.
El protagonista busca asilo político mientras está lidiando con los recuerdos desgarradores de su pasado. Hay una escena donde la persona que le ayuda con los asuntos legales busca más información sobre Venezuela, ahí me di cuenta de que muchos emitimos opiniones como si fuéramos expertos, sin conocer de primera mano la realidad que viven los venezolanos. La situación de los hospitales, el maltrato, la escasez de alimentos, lejos de ser sensacionalismo de los medios de comunicación, fueron hechos reales y dolorosos.
Con estas reflexiones, quiero invitarte a ver la película “Simón” y a reflexionar sobre Venezuela más allá de la política. Detrás de los titulares hay historias humanas que merecen nuestra empatía.