El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte a sus miembros el riesgo en el que puede caer el sistema financiero global por la alta interconexión de los bancos con entidades financieras no bancarias (prestamistas, mercados de bonos, criptomonedas, fondos de inversión, seguros, y leasing).
En su actualización del informe sobre la estabilidad financiera mundial, el FMI indica que la sobrevaloración de los activos y la presión en los principales mercados de bonos soberanos mantienen elevados los riesgos para la estabilidad financiera, en un contexto de gran incertidumbre económica.
“Estas vulnerabilidades podrían verse acentuadas por el crecimiento de las instituciones financieras no bancarias, cuya importancia como creadoras de mercado, proveedoras de liquidez e intermediarias en los mercados de crédito privado, bienes inmobiliarios y criptoactivos es cada vez mayor”.
El FMI, junto al Banco Mundial realizan las Reuniones Anuales correspondientes a octubre y en el encuentro en el cual participan los principales representantes de bancos centrales, de Hacienda, supervisores de sistemas financieros y de los propios organismos financieros multilaterales se llevan a cabo ruedas de prensa, conferencias y paneles sobre las actualizaciones del informe WEO (Perspectivas Económicas Mundiales 2025 y los reportes regionales.
Además, los informes Monitor Fiscal y el informe sobre la estabilidad financiera mundial.
Supervisión
El informe precisa que el sector no bancario está en el radar de las autoridades desde hace tiempo y que las pruebas de tensión muestran que las vulnerabilidades de estos intermediarios no bancarios pueden transmitirse con rapidez al sistema bancario central, potenciando los shocks y complicando la gestión de crisis.
Este sector que incluye a compañías de seguros, fondos de pensiones y fondos de inversión que, si bien no aceptan depósitos, sí tienen un papel cada vez preponderante en los mercados internacionales, indica.
En el reporte se explica que las regulaciones del sector financiero no bancario es muy diverso y aunque en el caso de las compañías de seguros, y estas tienen supervisión específica, muchas otras no cuentan con una supervisión prudencial muy completa.
Si bien las instituciones no bancarias pueden facilitar las actividades de los mercados de capitales y canalizar el crédito hacia los prestatarios, su expansión también conlleva un aumento de riesgos y en la interconexión entre los distintos actores del sistema financiero.
En conjunto, la mitad de los activos financieros en todo el mundo están en manos de instituciones no bancarias, revela.
Cita que en Estados Unidos y en la Zona del Euro las exposiciones de muchos bancos a estas instituciones financieras no bancarias superan su capital de nivel 1, un colchón fundamental que permite a los bancos absorber las pérdidas y mantener la estabilidad en épocas de crisis.
Del mismo modo, las entidades no bancarias representan la mitad del volumen diario de operaciones en el mercado de divisas, más del doble que hace 25 años.
Según el reporte, para capturar las crecientes interconexiones entre las entidades bancarias y no bancarias, se ha incorporado una nueva dimensión de análisis en pruebas de tensión, centrada en los riesgos de contagio y los resultados son sorprendentes.
“Los episodios adversos en las instituciones no bancarias, tales como las rebajas en las calificaciones crediticias de las agencias o la disminución del valor de las garantías, podrían afectar significativamente a los coeficientes de liquidez y de capital de los bancos”, señala.
Sepa más
A diferencia de los bancos, el sector no bancario, en su mayor parte, opera bajo una regulación prudencial menos estricta.
La información que estas entidades divulgan sobre sus activos, apalancamiento y liquidez es limitada, lo que dificulta poder detectar las vulnerabilidades e interconexiones.
Los riesgos asociados a las instituciones financieras no bancarias pueden transmitirse al sistema financiero a través de diversos canales, como el crédito privado, los bienes inmobiliarios y los criptoactivos.
Algunos reguladores, incluidos los del Reino Unido y Australia, han comenzado a incorporar pruebas de tensión sistémicas y análisis de escenarios para comprender mejor las interacciones entre entidades bancarias y no bancarias, planteando la necesidad de mejorar los datos, fortalecer la coordinación nacional y transfronteriza e innovar en la regulación para mantenerse al día.