La industria tecnológica requiere de minerales que forman parte de las llamadas “tierras raras” y que, según reportes, existen en la RD, este hallazgo coloca al país en el centro de la geopolítica porque estas sustancias son motivo de la disputa entre las potencias.
El mundo está viviendo un nuevo reordenamiento en el que la guerra fría da paso a la abierta guerra económica y, por tanto, las alianzas entre países se mudan o se acomodan a los nuevos intereses. Estas confrontaciones se solapan con palabrerías y actuaciones teatrales para enturbiar la superficie.
Los movimientos tectónicos del comercio internacional han impulsado la presencia en el escenario mundial de dos países gigantes que tienen en común haber sido atropellados en su ego y riquezas por las potencias de occidente que, aunque han perdido terreno, quieren estar en las discusiones del nuevo reparto del poder internacional.
El siglo XX vio la desaparición del imperio británico y el inglés norteamericano pasó a dirigir las potencias colonialistas europeas que se han pasado la vida guerreándose y disputándose mercados, incluyeron en la dieta a China y Rusia. La otrora fuente de la cultura oriental, el dragón chino, fue ocupado saqueando sus riquezas y territorios sin pudor mientras que el dragón ruso fue asaltado cuando se desplomó el comunismo.
Esa coincidencia quizá aliente la unidad de intereses. En el escenario que ve el renacer de esas dos potencias con nuevos aliados, -algunos de los cuales antes lo eran del mundo occidental-, también se vislumbran India y Brasil, países donde sus clases capitalistas tienen apetito ante el nuevo mercado. El olfato de los buitres es de presagio.
En esencia estamos ante otro reparto del mercado mundial con nuevos hegemones, donde se enarbola el uso de otras reglas de juego para construir una alianza donde supuestamente no habrá grandes ni pequeños sino respeto mutuo y colaboración.
En la nueva presentación desentonan ingleses y norteamericanos. Los primeros porque no se percatan que su imperio desapareció y deben reformar su estrategia, mientras que en Washington sacan el vetusto garrote blandiéndolo contra todos, sean enemigos o aliados, pero ya hasta lo chiquitos tienen colmillos atómicos de manera que se requiere de otra máscara para asustar.
Norteamérica se percató que crecían yerbas en su patio y vecinos lejanos muestran interés por esos terrenos. Ahí es que entra la RD como manzana de discordia porque China, aunque tiene bajo control gran parte de las tierras raras, podría asomarse a la mesa a pergeñar lo que guarda la alacena dominicana.
Los peatones no vemos el paisaje que disfrutan los que vuelan por eso no detectamos que la presencia de los marines en Venezuela es un teatro similar a la persecución contra los comerciantes chinos porque la pesca mayor -en ambos casos-, está bajo tierra. Los meses venideros dirán parte de la verdad, aunque ya los soldados de USA tienen bajo control las tierras raras ya que el presidente Luis Abinader madrugó la jugada.
Ya se puede tomar distancia, dominicana entró en la disputa por el nuevo petróleo.