Por Wanda Espinal
El otro día, una persona de la que soy seguidora en una red social, publicó una foto con ropa para ejercicio. El conjunto era muy lindo, estaba ligeramente sudado, y el texto que acompañaba la imagen frente al espejo, decía: “Un día menos, este sacrificio nada más lo aguanto yo”.
Como ésta, ya he visto muchísimas publicaciones. ¿Por qué lo ves como sacrificio? ¿Por qué el papel de víctima? Y algunos dirán ¿Por qué hay que tirarse la foto?
Si estás yendo al gimnasio no me molesta que te tomes la foto, o que publiques videos de parte de la rutina, lo que realmente me molesta es que lo pongas como algo que haces por obligación, algo que no disfrutas y sólo lo haces por hacerlo. Me molesta que lo presentes hacia los demás como un sacrificio graaaaaande. Si no lo disfrutas, deja de hacerlo, ¡qué drástica soy!
Para mí no debería ser así, si te ejercitas y quieres publicarlo, está genial que lo hagas, pero te invito a que lo presentes como una responsabilidad de amor por ti mismo, que escribas en agradecimiento por poder tener las fuerzas para hacer ejercicios, por tener un lugar adecuado para hacerlo, por los cambios positivos que va teniendo tu cuerpo.
Es importante recordar que cada persona tiene sus propias razones y motivaciones para hacer ejercicio. Lo que para una persona puede ser un sacrificio, para otra es una fuente de alegría y bienestar. Sin embargo, es valioso reflexionar sobre cómo nuestras palabras y acciones influyen en la percepción de los demás.
Estoy segura de que si comienzas a verlo desde el lado positivo y desde el agradecimiento, esto también causará influencia en ti y te querrás levantar con más fuerza cada día.
Repite conmigo:
“Hoy me siento agradecido por mi cuerpo y por la oportunidad de moverme”.
“El ejercicio es mi forma de cuidarme y de conectar conmigo mismo”.
“Cada paso que doy me acerca a una versión más fuerte y saludable de mí”.