Por Wanda Espinal
El otro día, en la misma conversación con el grupo de mujeres, respondiendo a la pregunta de qué cosas nos hacían sentir poderosas, otra de las respuestas que fue inesperada se las comparto aquí.
Una de ellas dijo que lo que a ella le hacía sentir poderosa era utilizar ropa interior sexy. Yo le pregunté a qué ella llamaba “ropa interior sexy”, y como si se tratara de una conferencia, se puso de pie. Primero, aclaró la diferencia entre algo sexy o sensual y algo vulgar. Todas lo entendimos perfectamente; de hecho, una de las chicas añadió que hay una línea muy fina y fácil de cruzar entre ambos. Con este punto claro, tomó un sorbo de su bebida y continuó.
Decía que muchas mujeres solo usan lencería sexy cuando van a tener intimidad, pero ella había comprobado que al usar conjuntos de lencería, incluso para ir al trabajo, la hacía sentir más productiva, activa, atenta y, en pocas palabras, poderosa.
Yo le respondí diciendo que eso debe ser muy incómodo pasarse el día entero con una “gurrupela” entre las nalgas. ¡Cuántas risas! Nos faltó el aire, tuvimos que tomar agua para recobrar la compostura, a muchas hasta las lágrimas se nos salieron de tanto reírnos. Pero mi amiga no quería dejar el tema a medias.
Continuó hablando y preguntó: “¿a caso ustedes creen que lo sexy es solamente un ‘colalé’? (tanga). Pues no, hay panties muy cómodos que son sensuales. No hay necesidad de andar incómodas para sentirnos bien”.
Cuando pidió su tercer mojito de chinola, dijo que no se fueran a reír de ella, y que mejor lo pusiéramos en práctica para que sintiéramos, en sus palabras, “esa divinidad”.
La más jovencita del grupo levantó su piña colada y dijo: “yo quedé colalé”.