Por: Ana Vargas
La felicidad interna es un concepto profundo y transformador que se refiere a un estado de bienestar duradero que proviene desde el interior de cada persona, en lugar de depender de factores externos. En un mundo donde muchas veces se busca la felicidad a través de posesiones materiales, logros profesionales o la aprobación de los demás, es esencial reconocer que la verdadera felicidad reside en nuestro interior.
Desde pequeños, nos enseñan a asociar la felicidad con cosas tangibles: un juguete nuevo, una buena nota en la escuela o un ascenso en el trabajo. Sin embargo, esta búsqueda externa puede llevarnos a una insatisfacción constante. Cada vez que logramos un objetivo, el placer es efímero y pronto estamos buscando el siguiente impulso. La felicidad interna, por otro lado, se nutre de la aceptación personal, el amor propio y la gratitud.
Tener un propósito claro también juega un papel vital en nuestra felicidad interna. Cuando trabajamos hacia metas que resuenan con nuestros valores más profundos, experimentamos una sensación de plenitud que trasciende las recompensas externas. Este propósito puede encontrarse en diversas áreas: el trabajo, el voluntariado, las relaciones familiares o incluso en pasatiempos que nos apasionen.