El otro día, iba camino a Dajabón. Era una mañana que olía a invierno, puede resultar raro, pero es cierto. Estaba fresca y hasta anunciaba lluvia.
Una joven estaba sentada en la galería de una casa. Al ver pasar la guagua, comenzó a vocear y a hacer señas para que se detuviera, pero fue en vano. Pensé: “pero mi amiga, si usted está esperando guagua, -gualle su yuca- y espere donde sea visible”. Ella debió estar parada esperando, porque total, ni mucho sol había.
Esta situación me hizo reflexionar sobre la vida. A menudo deseamos, esperamos y soñamos con algo, pero no siempre trabajamos lo suficiente para lograrlo, nos quedamos esperando a que las cosas lleguen a nosotros, cuando en realidad debemos enfocarnos para conseguirlas.
Algunas metas llevarán más tiempo y esfuerzo que otras, pero eso no debe detenernos. Cada día podemos hacer algo que nos acerque a nuestros objetivos. No nos quedemos sentados esperando, como la joven en la galería. Pongámonos en acción y busquemos las oportunidades.
Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. AceptarLeer más