Tanto en Aristóteles como en Freud, la catarsis apela a la “purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza” (RAE). Lo que difiere es el método a través del cual el individuo libera los miedos, temores o frustraciones que lleva reprimidos dentro de sí, pero, al hacerlo, igual experimenta una sensación gratificante, pues rompe una dinámica que condiciona sus actuaciones ordinarias y le afecta –anímica o físicamente– a través de alguna somatización exterior (insomnio, irritabilidad, anhedonia, etc.).
Quizás este artículo, más que reflexión sobre el desastre del tránsito en la República Dominicana, sirve de catarsis personal para liberar las frustraciones acumuladas ante la actitud de las autoridades frente a un tema de su exclusiva competencia. En esa tesitura quizás se encuadran todos los editoriales, reportajes, artículos y trabajos de investigación realizados por este medio, así como por otros periódicos del país que han venido realizando un riguroso esfuerzo periodístico para visibilizar todas las aristas de un tema complejo y transversal, abordando aspectos de salud pública, seguridad ciudadana, desarrollo humano, etc.
En el caso de Lastin Diano, este medio ha sido un aban derado consistente del tema, al punto de organizar en ene to de 2024 un foro sobre mo vilidad que reunió autorida des, expertos, academia, etc., en aras de construir propues-tas de soluciones, más allá de denuncias fundamentadas o criticas responsables.
Al margen de aspectos es tructurales, espaciales, presu puestanos o cuantitativos, la gestión del tránsito constitu ve el mayor desafio gerencial de las autoridades. Parecería que al gobierno no le impor ta en absoluto el estado de caos, colapso y desorden que se vive en nuestras calles, o bien está en estado de shock y no sabe cómo reaccionar, apuesta a anuncios de solu ciones maximalistas en con to plazo para las que no tiene dinero, y que toman mucho tiempo para implementarse Parecería que el gobierno asume todo lo publicado sobre el desastre del tránsito co mo catarsis colectiva. Lee las estadísticas fatales y los acci dentes en el «corredor de la muerte» de la Duarte, de la mistna forma en que los DI-GESETT ven a los motoristas llevarse el rojo de los semáfo ros, o a los patanistas mane jando en el malecón o en el carril de la izquierda como una chercha.
Lejos de aplicar la ley con sevendad (o modificarla pa ta hacerla aún más severa), el INTRANT hace semina rios, diagnósticos, acuerdos, pactos, charlas, ruedas de prensa, publicaciones de redes sociales o cualquier cosa, menos hacer lo que se tiene que hacer: aplicar la ley.
El caos del tránsito pu diera convertirse en la gran derrota moral de es te gobierno, y los niveles competentes de la admi nistración, o bien carecen de capacidades, o de volun tad para hacerle frente a un problema generado exclu sivamente por la irrespon sabilidad de nuestros [todos] políticos. Presidente: es hora de que el gobierno declare en estado de emergencia el tránsito en el país y actúe en consecuencia. La sociedad no aguanta más.
Presidente: es hora de que el gobierno declare en estado de emergencia el tránsito en el país y actúe en consecuencia. La sociedad no aguanta más.