Por Wanda Espinal
«El otro día, mientras viajaba en autobús por Santiago, observaba a las personas a mi alrededor. Era domingo por la noche y muchos regresaban a sus hogares tras un fin de semana de descanso.
Algunos lucían cansados, otros pensativos. En ese momento, me di cuenta de algo: a menudo nos preocupamos en exceso.
Vivimos acelerando el paso, ansiosos por alcanzar metas futuras. Olvidamos disfrutar del presente, de las pequeñas cosas que hacen la vida hermosa y única.
Compararnos constantemente con los demás, buscando una felicidad que creemos inalcanzable, nos consume por dentro.
Cada uno de nosotros tiene sus propios desafíos y alegrías. Sin embargo, creo que sería beneficioso dedicar más tiempo a reflexionar sobre lo que realmente importa.
Hablar con alguien de confianza sobre nuestras preocupaciones puede ayudarnos a encontrar nuevas perspectivas y soluciones.
Hoy te invito a valorar lo que tienes: tu trabajo, tu hogar, tus seres queridos. Agradece por la oportunidad de vivir cada día. Recuerda que el futuro es incierto, pero el presente es tuyo.
¡Disfrútalo al máximo!»