Habría que recordarle a los destacados dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), José Tomás Pérez [Listín Diario, 15/02/25], y Gonzalo Castillo [Diario Libre, 21/02/25], que expresaron públicamente, de manera muy diferente, naturalmente, cierta responsabilidad en la crisis del PLD en 2019; Gonzalo Castillo, en carta al Partido solicita prescindir de él al escoger los precandidatos presidenciales de cara al 2028.
De diferentes maneras ambos políticos contribuyeron en 2019 para que el PLD se convirtiera, tras dos derrotas consecutivas, en partido minoritario.
José Tomás Pérez entonces embajador en Estados Unidos, no fue capaz de dar su opinión respecto a la absurda escogencia de Gonzalo Castillo, como candidato del PLD en lugar de Fernández; Pérez creía, no era el único, que el PLD ganaría las elecciones con cualquier candidato; Castillo confundió gerencia y liderazgo político al dejarse manipular por el entonces presidente Danilo Medina que había decidido cerrar el paso a Fernández que buscaba su cuarto mandato presidencial.
El exsecretario general del PLD, José Tomás Pérez, reconoce hoy,: “fue un gran error permitir que Leonel [Fernández] saliera del PLD”. Escoger a Castillo columbraba una derrota evidente y, a la vez, un costoso error político.
La reflexión de José Tomás Pérez es tardía. No inoportuna.
Evoca más bien aquellas terribles palabras atribuidas a la madre del derrotado y último sultán moro, Boabdil el Chico, cuando al salir de Granada la divisó: “Lloras como mujer lo que no supiste defender como hombre.”
A diferencia de José Tomás Pérez, Gonzalo Castillo tiene mucho más responsabilidad que el exsecretario general del PLD en la salida, no división, de Leonel Fernández de la organización fundada por Juan Bosch en 1973, porque permitió, consciente de su incapacidad política, a que Danilo Medina le hiciera pagar a Leonel Fernández que no le hubiera permitido ser candidato presidencial en 2008 a pesar de que la reforma Constitucional de 2004 establecía que el presidente podía optar a dos períodos consecutivos. Medina, entonces ministro de la presidencia, renunció al cargo y estableció tienda aparte sin abandonar el PLD, aunque lideraba un grupo hostil al presidente Fernández.
Durante los ocho años de gobierno de Danilo Medina, los que lo acompañaron en su travesía del desierto fueron los grandes beneficiados de su época de gloria, en particular Gonzalo Castillo que le sirvió de comodín para desplazar a Fernández como candidato presidencial del PLD en 2020.