Por:Wanda Espinal
El otro día, iba en un carroconcho en Santiago. Mientras estaba en el cruce de las avenidas Estrella Sadhalá y 27 de febrero, vi una camioneta negra, en mal estado.
En el vidrio trasero tenía un letrero que decía: “No viajes gratis”, junto a la imagen de un carro y una mujer apoyada en la parte delantera con el trasero hacia atrás. Debajo de la imagen, el texto continuaba: “gas o sexo”.
Tres de los pasajeros se echaron a reír incontrolablemente. Me pueden decir “rosca izquierda”, pero para mí fue una absoluta ofensa hacia la mujer.
El chofer me miró y dijo: “a la rubia como que no le ha gustado que no se rió”. Y tenía toda la razón, no me pareció gracioso y se lo dije. Las risas cesaron y vi cómo intercambiaban miradas entre ellos.
Considero que este letrero fue una falta de respeto, un desmérito hacia la mujer, otra forma de violencia.
Este letrero lejos de ser un chiste, es un símbolo que perpetúa estereotipos dañinos, y refuerza la idea de que las mujeres son objetos sexuales a disposición del deseo masculino.
Ésta es una muestra más de la necesidad de seguir trabajando para erradicar la violencia de género en todas sus formas. Es importante que cada uno de nosotros asuma su responsabilidad y contribuya a crear un mundo más justo e igualitario para todas las personas.